¿Podemos realmente construir un mundo más evolucionado?

¿Podemos realmente construir un mundo más evolucionado?

La respuesta es si. Hasta Dios considera que si. Lo que si se requiere es que nosotros en verdad elijamos y decidamos hacerlo.

Estos libros sugiere una revolución espiritual, social, sexual, económica y teológica en esta tierra como nunca se ha visto y alguna que otra vez podemos imaginar. Tres preguntas nos dan la clave para ya no cuestionar el sistema por el cual vamos viviendo a través de la vida, de las vidas. Ahora es una cuestión de actitud ante las realidades que enfrentamos en el día a día de todos los días de nuestra existencia.

Estas tres preguntas que inician esta sugerencia se hacen en el contexto de los deseos que tenemos nosotros como habitantes de este hermoso planeta. Nos decimos que buscamos crear una mejor vida para todos, que elevemos nuestra conciencia, un mundo más nuevo. Dios siempre está dispuesto a mostrarnos el camino, pero tampoco nos va a obligar a aceptar sus sugerencias. Ni ahora ni nunca. El tesoro más grande entregado a la humanidad ha sido justamente el Libre Albedrío. ¿Cómo Dios después de dárnoslo nos va a juzgar y/o condenar si tomamos una decisión “equivocada”? nada más irrespetuoso para con Dios.

Este libro contiene palabras que cautivan, cautivan porque me quitan el aliento en la acción y la envergadura de su alcance. Son inquietantes porque me muestran a mi mismo –y a toda la raza humana- en una muy no buena forma. Desafían porque fijan retos. El reto de ser mejor, el reto a hacer del mundo en el cual el enojo, los celos mezquinos, la injusticia económica, la disfunción sexual, la desigualdad social, las artimañas y secretos políticos no vuelvan a ser parte de la experiencia humana. También ofrecen la esperanza de que todo esto sea posible.

No podemos seguir como hasta ahora. Lo importante de este material es que tiene algún valor, puede inducir a alguna iluminación, promueve algún cambio positivo en nuestra vida cotidiana. Algo tiene que cambiar.

Me doy cuenta de que todos somos mensajeros, ustedes y yo. Somos lo que somos. Es obvio que como seres humanos cuestionamos unos tras otros los pensamientos, ideas y convicciones. Y esto se da por el compromiso que tenemos con nosotros mismos de crecer sin cesar. Y no hay nada que temer y hacemos lo que hacemos como resultado de esta situación.

Estoy complacido de que hayan elegido este libro para emprender este viaje. Es mejor con ustedes que sin ustedes. Caminemos juntos a través de estas páginas, les advierto que de vez en cuando será un tanto incomodo, toleren esa incomodidad cuando la perciban, porque igualmente es una sacudida amorosa. Un reto para alcanzar el siguiente nivel.

Hay mucho que cambiar en el mundo, y es por eso que debemos buscar para nuestra Alma La experiencia más rica, no la más pobre. La máxima no la mínima. No nos volvamos complacientes, no nos sintamos insatisfechos y nunca, pero nunca se hundan en la apatía.

Siempre hay un nuevo temor que superar y siempre hay un concepto más extenso que nos lleva a una visión más grandiosa.

Hagamos del ejemplo y el prodigio de nuestras propias vidas esa razón para ayudar a crear otra.

Con cariño,

Omar