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Sobre Sexo


¿Es bueno el sexo? ¡Vamos, que cuál es el meollo de esta experiencia humana! ¿El objetivo del sexo es puramente la procreación, como afirman algunas religiones? ¿Es cierto que la santidad y la iluminación se obtienen mediante la negación -o transmutación- de la energía sexual? ¿Es correcto practicar el sexo sin amor? La sensación física ¿es suficiente razón para justificarlo?


¡Claro que el sexo es “bueno”! Una vez más: si Dios no quisiera que jugáramos a determinados juegos, no nos habría dado los juguetes. ¿Acaso les da usted a sus hijos cosas con las que no quieren que jueguen?


Juega con el sexo. ¡Juega! Es una maravillosa diversión. ¡Vaya! Si hablamos estrictamente de experiencias físicas, es precisamente la mayor diversión que podemos tener con nuestro cuerpo.


Pero, ¡por el amor de Dios!, no destruyas la inocencia sexual ni el placer y la pureza de la diversión, la alegría, haciendo un mal uso del sexo. No lo utilices como instrumento de poder, o con un propósito oculto; para la gratificación del propio ego, o para ejercer la dominación; para cualquier propósito distinto de la más pura alegría y el más elevado éxtasis, dado y compartido, que es el amor, y el amor recreado que es nueva vida.


¿Acaso no ha elegido Dios una deliciosa manera de que nos multipliquemos?


Respecto a la negación, ya hemos tratado antes de ella. Nunca se ha alcanzado nada sagrado a través de la negación. Sin embargo, los deseos cambian a medida que se vislumbran realidades cada vez mayores. Por lo tanto, no resulta inusual que determinadas personas simplemente deseen menos, o ninguna, actividad sexual; o, por lo mismo, reduzcan algunas de las actividades del cuerpo. Para algunos, las actividades del alma pasan a un primer plano y se consideran, con mucho, las más placenteras.


La moraleja sería: cada uno a lo suyo, y sin juzgar a los demás.


No necesitas tener una razón para nada. Simplemente, sé la causa. Sé la causa de tu experiencia.


Recuerda que la experiencia produce el concepto de Yo, el concepto produce creación, y la creación produce experiencia.


¿Quieres experimentarte a ti mismo como una persona que practica el sexo sin amor? ¡Adelante! Lo harás en tanto no quieras otra cosa. Eso sí, asume todas las consecuencias que esto puede traer. Y lo único que hará -que puede hacer- que abandones esta conducta, o cualquiera, es que en ti surja un nuevo pensamiento acerca de Quien Eres. Es así de sencillo; y así de complejo.


Con cariño,


Omar

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