Bendigamos a toda persona y condición, demos gracias
Si un copo de nieve es tan sumamente perfecto en su diseño, ¿No podríamos decir lo mismo de algo tan magnífico como nuestra vida? Nuestro potencial es ilimitado en todo lo que hemos elegido hacer. No supongamos que un alma que se ha encarnado en un cuerpo al que llamamos “limitado” (los débiles, los enfermos, los discapacitados…) no han alcanzado su pleno potencial, ya que no sabemos qué es lo que esa alma está intentando hacer. No conocemos su proyecto. No estamos seguros de cuál es su intención. Bendigamos a toda persona y condición, demos gracias. De este modo, afirmaremos la perfección de la creación de Dios, y mostraremos nuestra fe en ella, puesto que en el mundo de Dios nada ocurre por accidente y no existe nada parecido a la casualidad, ni tampoco el mundo está a merced de los avatares del azar, o de eso que llamamos destino.
Con cariño,