A veces me doy cuenta...

A veces me doy cuenta, de que no resulta nada interesante el hecho de que no parezca blasfemo aspirar ser como el "demonio", y en cambio, parece ofensivo aspirar ser como Dios, incluso hemos creado religiones que afirman que hemos nacido en el pecado, que somos pecadores de nacimiento, para convencernos a nosotros mismos de nuestro propio mal, sin embargo, aunque el mismisimo Dios nos dijera que hemos nacido de Él, que nacemos puros, como Dioses y Diosas, que somos puro amor, de seguro somos capaces de negarlo. Pasamos toda nuestra vida convenciéndonos de que somos malos, y no sólo de que somos malos, sino que de que aquello que deseamos es malo. El sexo es malo, el dinero es malo, la alegría es mala, el poder es malo, tener mucho o poco es malo (mucho o poco de lo que sea), algunas religiones incluso mantienen la creencia de que bailar es malo, la música es mala, divertirse es malo, y ya vamos aceptando incluso que sonreír es malo, que reír es malo, que amar es malo. Como vamos formulado un juicio sobre nosotros mismos, de que somos malos, hemos decidido que la tarea es ser mejor. Nos juzgamos a nosotros mismos si queremos morir, también nos juzgamos a nosotros mismos si queremos vivir (de la forma como lo queremos hacer); nos juzgamos a nosotros mismos si queremos reír, si queremos llorar, si queremos ganar, si queremos perder, si queremos experimentar la alegría y el amor, especialmente esto último. De algún lado se ha aceptado la idea de que negarse la alegría es un acto piadoso, de que no divertirse en la vida es un acto divino. La negación -nos hemos dicho a nosotros mismos- es buena. Y no es ni buena ni mala, es simplemente negación. Si se siente bien después de uno negarse, entónces en ese mundo es buena. Si se siente mal, entónces es mala. La mayor parte de las veces ni siquiera es una decisión propia. Nos negamos a nosotros mismos esto o aquello porque nos decimos a nosotros mismos que debemos hacerlo, pero nos extrañamos porque luego, nos nos sentimos bien. Lo primero que debemos dejar de hacer es de formular juicios contra nosotros mismos. Sigamos al Alma. Aprendamos cuál es su deseo. El Alma no es sino el más alto sentimiento de amor que jamás podamos imaginar. El Alma es el sentimiento, no el conocimiento; ya posee el conocimiento, pero éste es conceptual, mientras que el sentimiento es experiencial. Es el sentimiento más alto con todo lo que es. Es el sentimiento del amor perfecto. El amor perfecto consiste en percibir lo perfecto que es el color blanco. Muchos piensan que el blanco es la ausencia de color, pero no es así, es la inclusión de todos los colores. Por eso alguna vez una artista me dijo que una pintura perfecta, era lograr crear un obra blanca. Del mismo modo, el amor es la ausencia de toda emoción (odio, cólera, lujuria, celos) sino la suma de todo sentimiento. El total combinado. La suma total. El todo. Es decir que para experimentar el amor perfecto, debemos experimentar todos los sentimientos humanos. Se trata de una gran tarea, que requiere de muchas vidas, puesto que estamos habituados a aventurar juicios, a llamar a algo "equivocado" o "malo", en lugar de bendecir aquello que no hemos elegido. Si hay alguna persona, lugar o cosa con los que no estemos de acuerdo, los atacamos; si hay una religión que es diferente a la nuestra, la consideramos equivocada; si hay un pensamiento que nos contradice, lo ridiculizamos; si hay una idea distinta a la nuestra, la rechazamos, y es en esto que nos equivocamos, puesto que creamos sólo la mitad del universo y nunca podremos entender nuestra mitad, puesto que rechazamos la otra. Reconozcámonos siendo: bondad, misericordia, compasión y conocimiento; Somos paz, luz y alegría; somos perdón y paciencia, fuerza y valor; ayuda cuando hay necesidad, consuelo cuando hay dolor, curación cuando hay herida, enseñanza cuando hay ignorancia. Somos la sabiduría más profunda y la más alta verdad, la paz más magnifica y el más grandiosos amor. Somos todo esto, y en determinados momentos de nuestra vida de seguro nos hemos reconocido a nosotros mismos, siendo todo esto. Es mucho mas dificil negar quienes somos que aceptarlo.